Pues sí. Siguen las desgracias con la equivocación de la tienda. Si no saben de que hablo, vayan aquí. Las mancuernillas tampoco se parecen en nada a lo que habían pedido. Ni modo de no ponerse, van a quedar los puños de la camisa sueltos. ¿Cuáles preferirías ponerte o verle a tu novio?