Hola, Comunidad
Me tocó ver varios debates en estos días sobre novias que vienen a presumirnos sus preciadas joyas, y noté que hay un mundo de posibilidades en cuanto a ellas… ¿Adivinaron de qué hablo? Pues claro, me refiero a las argollas de matrimonio (aunque segurito que pensaron que me refería al anillo de compromiso, pero no).
Una de las cosas que noté en esos debates es que hay miles de opciones en cuanto a estilos, diseños, formas, y materiales. Esto me llevó a reflexionar sobre lo importantes que son estas joyas, es un complemento que debe ser cuidadosamente seleccionado, ya que la idea es cargarlo y mostrarlo como símbolo de un compromiso que has hecho con otra persona para toda la vida. Y si es para toda la vida, al igual que tu matrimonio, debe ser la joya perfecta para cada uno, esa que con solo brillar en tu dedo ya le está dando una idea a la gente del tipo de pareja que son. Así que es completamente normal que existan tantas opciones como parejas hay en el mundo.
El tema es verdaderamente inagotable, así que lo abordaré en partes, y empezaré hablando del material seleccionado por excelencia y tradición para las alianzas… por supuesto que estoy hablando del oro. Yo sé que hay miles de otros materiales, y los platicaremos en otro debatito que abriré en estos días, pero por ahora nos concentramos únicamente en el oro.
Combinadas
Una de las decisiones más comunes que toman las parejas es la de usar oro blanco u oro amarillo para sus argollas, y al parecer es una decisión entre la tradición y la modernidad. El oro blanco empezó a marcar una tendencia muy fuerte hace relativamente poco tiempo, y hoy en día es una de las elecciones favoritas de los novios. ¿Pero sabías que el oro blanco no es oro? Así es, en realidad el llamado oro blanco es una combinación de oro y platino, que le da a las joyas ese color plateado puro. Siendo el platino uno de los metales más resistentes, raros y caros del planeta, es la elección ideal para una joya que durará toda la vida, y tal vez un poco más… ¿o no?
Lamento decirles que puede ser que no. A menos que sus argollas estén hechas completamente de una aleación de oro y platino (en cuyo caso debieron ser carísimas), para asegurar que su mágica argolla de oro blanco sea blanca para toda la vida deberán tener ciertos cuidados. Una parte importante de las joyas de oro blanco tiene solamente un baño de platino o rodio de alto brillo, y con el uso constante de la joya a través de los años (considerando que es de uso rudo porque nunca te la quitas), este baño comienza a caerse poco a poco, y de pronto empiezas a notar que hay partes de tu argolla que empiezan a verse amarillas. No te asustes, ni maldigas al joyero que te la vendió. Las argollas de oro blanco deben ser enviadas a mantenimiento mucho más seguido que aquellas que son de oro amarillo, y este mantenimiento no solo incluye la limpieza y pulido de tu joya, sino un nuevo baño de platino para mantenerla blanca, brillante y reluciente (sobre todo si hablamos de una casa joyera que se dé a respetar). Toma en cuenta que también es un mantenimiento más costoso, ya que te cobrarán el platino utilizado (o el rodio en su caso).
Otra opción es que tu preciada joya de oro blanco sea en realidad una aleación de oro, plata y níquel o paladio. Sustituir el platino por otros metales baja el costo hasta en un tercio de lo que costaría el platino, pero implica que tu joya puede empezar a ponerse negra si no le das el cuidado adecuado (debido a las cantidades de plata que contiene, toda la plata se pone negra si no la cuidas). Si tus argollas de oro blanco tienen una aleación de níquel y plata, y tú eres sensible a la joyería de fantasía, te recomiendo que trates primero a usar alguna joya de este tipo para verificar que no presentarás alguna reacción alérgica (hay muchísima gente alérgica al niquel)
Oro blanco
En comparación con el oro blanco, de reciente introducción en el mundo de las bodas, el oro amarillo o natural es la tradición por excelencia, seguramente las alianzas de tus papas son de ese color. Y aunque hoy se le considere un material anticuado tiene un número de ventajas interesantes, entre las que se encuentra el precio, el mínimo mantenimiento y la baja posibilidad de presentar irritaciones cutáneas. Las argollas de oro amarillo tienden a ser más baratas que las de oro blanco, no solo porque no llevan platino, rodio y tratamientos especiales, sino porque no están de moda (todas sabemos que algo de moda, o de temporada es más caro). Si a eso le sumas que el mantenimiento es menos costoso y frecuente, tienes una verdadera joya todo terreno, para toda la vida.
Pero debes tener mucho cuidado si tu preciada joya es de oro laminado o chapado, este tipo de argollas son mucho más baratas porque el chapado consiste en prensar una delgada lámina de oro (o alguna aleación que contenga oro) sobre algún otro material metálico, cubriendo y protegiendo el material de base. La chapa de oro puede durar décadas, siempre y cuando la técnica de chapado sea buena (realizada por un joyero de respeto) y tengas con tus anillitos los cuidados adecuados. Estos cuidados incluyen evitar lavarte las manos utilizando tu anillo, ya que el material sobre el que se aplica el oro se pude oxidar, arruinando tu argolla irremediablemente.
Después de haberme investigado todo esto (San Google que todo lo puede), solo me queda recomendarles que cuando salgan con el amor de su vida en búsqueda de las argollas perfectas no basen su decisión solamente en el gusto por un color u otro, o únicamente en lo que está de moda. Revisen la calidad de las joyas que piensan comprar, pregunten qué materiales se utilizaron para fabricar las argollas, el mantenimiento recomendado para la joya, así como la frecuencia y precio del mismo, de preferencia que el mantenimiento lo realicen en la misma joyería donde están comprando sus argollas. Recuerden que son joyas para toda la vida, y qué mejor que mantenerlas radiantes y perfectas para siempre (al igual que nuestros bellos matrimonios).
Oro amarillo
En mi caso puedo contarles que mi anillo de compromiso es de oro amarillo de 14K, recomendado por el joyero debido a su resistencia y tiene un circonio (mi amor ya me prometió que lo cambiará por un diamante cuando tengamos nuestro primer bebé). Con base en las recomendaciones del joyero, y algo de investigación en internet, después de mucho pensar, nos decidimos por unas argollas también en oro amarillo con dos bandas de diferentes texturas, una pulida y una satinada (aun no los tengo conmigo, y en la joyería no permiten tomar fotos porque son piezas únicas, pero cuando los tenga se los presumo hehe).
Ahora les toca a ustedes contarme:
- ¿Ya tienen sus argollas o siguen en la búsqueda?
- ¿Serán de oro o de algún otro material?
- Si son de oro ¿será blanco o amarillo… o hasta rosado? ¿Por qué eligieron ese color?
- ¿Tienes fotos? Presúmenos!!!
3, 2, 1… que empiece la lluvia de respuestas