
He de confesar que soy muy muy especial con eso del orden y la limpieza y mi esposo es todo lo contrario. Así que desde que nos casamos trata de controlar mi manía y me ata de manos prácticamente, solo me deja recoger la ropa, tender la cama, hacer la comida, lavar trastes y trapear. Pero hoy que no estuvo aproveche para hacer el quehacer como me gusta

