He visto como algunas novias postean que hay momentos que desconocen a su prometido, o pelean mucho, y hasta pasa por su mente cancelar la boda.
En mi caso, lo amo y sigue la boda, pero siento tristeza de que se haya ido ese aspecto pasional, meloso, romántico y de ensueño de los primeros años. Llevamos 7 años, con dos tropiezos leves, sé que podría pasar una vida con él tranquila y probablemente feliz.
Pero ¿nunca más vamos a volver a sentir la dopamina del enamoramiento? esa sensación de ser deseada intensamente con todo el erotismo desplegado rompiendo reglas y convenciones sociales, y sentir que esa pasión te eleva, te potencia y rejuvenece.
Ahora que todo parece más sólido, que estoy echando raíz con él, que me siento tranquila y confortable a su lado, y que me ilusiona la boda, pero también me entra un gran temor de que casarme sea como una transición igual a un entierro de algo que un día fui, una parte de mí.
¿Les ha pasado? ¿Qué sucede con esa chispa inicial después del matrimonio?