No te saltes una comida sólo para que el vestido te quede mejor y tampoco caigas en la tentación de pizzas y papas. Lo mejor es alimentarte de frutas, verduras, proteínas y granos para tener energía.
Ya sea que pases la noche en el lugar de la recepción o que te vayas directo a tu luna de miel, es importante que lleves varios cambios de ropa y un kit con todas las cosas que puedas llegar a necesitar como pasta de dientes, cepillos, desmaquillante, maquillaje, gel, spray, kit de costura, pastillas para la cabeza, entre miles de otros objetos.
Acude a un spa y pide que te hagan un masaje sueco. Este masaje relajante elimina la tensión muscular, lo que te permitirá dormir como princesa. ¡Justo lo que necesitas!
¡No te desveles! Acuéstate más temprano de lo que acostumbras, lee un rato mientras tomas un té relajante, cúbrete los ojos con un antifaz y descansa. No olvides apagar tu celular para que nadie te moleste.
Olvídate de brindar por tu felicidad, ya que podrías amanecer hinchada. Además, el alcohol y el tabaco provocan un aspecto grisáceo en la tez y deshidratan el pelo. El estrés y la deshidratación pueden darte más problemas de los que crees, así que toma mucha agua siempre.
Siempre se te va a olvidar algo si empacas al último minuto, así que lo mejor es que todo esté guardado la noche anterior.
Asegúrate de tener algo de dinero
Nunca sabes si tendrás que dar una propina o lo necesites para una emergencia.
Lo mejor es que no te pongas los tacones hasta que estés arreglada y que no andes descalza. Evítate el agotamiento, los accidentes y el dolor de pies.
Al día siguiente no querrás saber dónde pusiste los regalos o qué harás con tu vestido si te vas de luna de miel. Asegúrate de que alguien cercano a ti se haga cargo de que limpien todo y que no se les olvide nada.
Pruébate los zapatos
Por nada del mundo los estrenes en tu boda. Sácalos de su caja y póntelos varias veces (por supuesto, sin salir de casa). Camina con ellos y practica tus mejores pasos: así te acostumbrarás y podrás sentirte mucho más cómoda