¡Hola, novi@s! ¿Qué tal va su semana?
Sé que cada vez más gente prefiere tener invitaciones digitales para su boda por todas las ventajas que conlleva es opción: la facilidad de enviarlas, los costos más económicos, la posibilidad de incluir animaciones y música...
Pero hoy yo quiero mencionarles algunos detalles de las invitaciones impresas que a mí me encantan y que no cambiaría por nada. ¿Empezamos?
📜 El tacto del papel. Una invitación física es mucho más que una hoja doblada a la mitad. Los pliegues, los recortes, las transparencias, el grosor, y hasta el olor, pero sobre todo la textura, son elementos muy bonitos con los que se puede jugar y que definitivamente es imposible que estén presentes en una invitación digital. En este punto entra también la posibilidad de considerar un material que no sea el papel, como el acetato.
📜 La vista de las tintas. Por más detallada que sea una invitación digital, nunca podrá emular las características de una impresión. Como en el punto anterior, aquí también incluyo el olor y la textura, pero además el relieve y el brillo que ciertas herramientas pueden darle a las invitaciones, no sólo en las letras, sino también en líneas y otros detalles del diseño.
📜 Sabemos que los diferentes dispositivos electrónicos muestran un mismo contenido de manera distinta dependiendo del tamaño del celular, la calidad de la pantalla o la configuración del brillo y otros ajustes. Puede ser que, en su celular o computadora, tus invitados no estén viendo la misma invitación que a ti tanto te gustó. Con una invitación física, te aseguras de que esto no pase.
📜 La posibilidad de incluir detalles decorativos adicionales, como cintillos, listones, flores, aplicaciones metálicas, calcomanías, sellos de cera, glitter e incluso el nombre del invitado escrito a mano, que pueden darle mucha vida a las invitaciones. También incluye otros elementos, como boletos, croquis, itinerarios, tarjetas con la información de confirmación o del dress code o de mesas de regalos, que además permiten jugar con otros tipos de papel.
📜 La experiencia de ir a entregarlas mano a mano y ver los rostros de sorpresa de nuestros invitados cuando les compartimos la noticia para mí no tiene precio. Ya sé que la gasolina sí lo tiene y que es probable que, en esta opción, se gaste mucha, pero si se considera este paso con suficiente anticipación, es posible incluirlo en el presupuesto. Para los invitados foráneos, siempre está la posibilidad de enviarles la invitación por paquetería o guardárselas y entregárselas cuando vengan a la boda.
📜 Relacionado con el punto anterior, una invitación bonita puede ser un buen recuerdo de la boda, junto con el recuerdito que hayan decidido regalar. A lo mejor me dirán que a la mayoría de los invitados no les interesa conservarla, pero creo que si nos empeñamos en lograr un buen diseño, desde el sobre hasta la tipografía, a muchos les gustará guardarla y algún día la encontrarán, la volverán a ver y ese día regresará a su memoria sin haberlo planeado.
📜 El último, pero quizá el más importante para mí: una invitación es la carta de presentación de la boda. Ahí viene reflejado el estilo de la ceremonia, de la recepción, del dress code o la conducta que se espera de los invitados, sea una boda clásica, una romántica o una divertida. La verdad es que yo, cuando recibo una invitación digital, pienso que la ceremonia también va a ser virtual.
¿Cómo ven, parejitas? ¿Aún queda por ahí alguien que esté de acuerdo conmigo o ya de plano tod@s me abandonaron en mi chavorruquez? Ja ja ja. ¡L@s leo!