En octubre del 2016 regresaba a la ciudad de México... tras haber servido como misionera por 18 meses. Mi vida siguió normal, conseguí trabajo, fui a instituto y empecé a asistir a las reuniones de la Iglesia a la que pertenezco, conocí a un joven que al final terminó siendo un vínculo para conocer a quien ahora es mi prometido. Desde pequeña me enseñaron a pedir a Dios por quien seria mi esposo, oraba por el aún sin que tuviera rostro para mi, en mi mente y en mi corazon sabía lo que buscaba en esta persona... una de las cosas que estaba buscando es que mi compañero creyera en Dios, que lo pusiera en primer lugar, por que si el hacia eso, era un hombre en quien Dios podía confiar,me iba a poner a mi también en primer lugar y a su familia también la pondría en primer lugar, lo segundo es que buscaba a alguien que estudiará y trabajara, por que es algo que yo también estaba haciendo, me estaba preparando temporalmente, pero no solamente eso, sino que tuviera sueños,que quisiera progresar, y que pudiéramos hacerlo juntos, trabajar y llegar a cumplir nuestras metas y tercero jajajjja buscaba a una persona feliz y positiva, esos eran los atributos que estaba buscando en mi compañero y lo encontré en Él... y un cuarto punto que tuve que hacer fue preguntarle a Dios.
Se que mi padre celestial me da el albedrío, para elegir por mi misma y elegí a Mahonri y el me elegio a mi, pero pregunté a Dios para saber si estaba de acuerdo con mi decisión, así que Ore mucho y fui a un lugar sagrado para mi, El Templo, después fui con Mahonri, recuerdo su rostro serio en ese lugar tan sagrado y sentí mucha felicidad de estar en ese lugar tan valioso para los dos, tomada de su mano, había asistido muchas veces sola, y ese día tenía a alguien sosteniendome fuertemente.
El no es perfecto y yo tampoco, tenemos diferencias, tenemos enojos, pero tenemos algo más importante, el Evangelio de Jesucristo en nuestras vidas. No importa en quien creamos, si los dos contrayentes tienen la mira hacia un lugar será más fácil llegar.Es mejor tener y ser una vela, a ser un ancla en la vida de alguien más.
Se ha ocultado el contenido
Para mostrar este contenido, por favor haz clic aquí