No es un platillo de mi mamá, es de mi Yaya querida (en catalán Yaya es abuela, y ella era española) que fallecio hace poco. Ella nunca nos regalo juguetes ni ropa cuando eramos chicos mis hermanos y yo, ella decia que su sazon era el mejor regalo que podia darnos, porque siempre estaria presente aun cuando ella ya no nos acompañara. Y a pocos meses de su muerte, este platillo me sigue sabiendo como cuando lo preparaba ella.