Hola, Comunidad
Como toda novia con pocos meses para la planeación de su boda, y como Novia Destacada de esta comunidad con la obligación de encontrar las tendencias y novedades de la red para ustedes, me puse a curiosear en internet buscando consejos para una boda de ensueño a bajo presupuesto y encontré un artículo sobre los asesinos del matrimonio que me pareció muy útil e interesante.
Cabe mencionar que hay algunos comentarios en el artículo con los que yo personalmente no estoy de acuerdo, y quiero aclarar que esto no es una expresión fiel de mi forma de pensar, pero se los dejo porque creo que de verdad contiene consejos muy útiles para las que empezamos esta nueva aventura del matrimonio.
Tomen lo que les parezca conveniente y desechen el resto, como el artículo resultó ser muy largo se los pondré en tres entregas. Aquí les pongo la primera parte:
Mi consejo para las parejas jóvenes es simplemente este: “No permitan que la posibilidad del divorcio entre en sus pensamientos”. Incluso en momentos de gran conflicto y desaliento, el divorcio no es la solución, solo sustituye una nueva serie de sufrimientos por los que quedan atrás.
Guarden su relación de la erosión como si estuvieran defendiendo sus propias vidas, ustedes pueden lograrlo juntos. No solo pueden sobrevivir, sino que pueden mantener su amor vivo si le dan prioridad a su sistema de valores. Cualquiera de los siguientes males puede destruir su relación si le dan lugar en sus vidas.
Asesino 1. Exceso de trabajo
Cuidado con este peligro. El exceso de trabajo, los compromisos sociales y el agotamiento físico son un mortal asesino del matrimonio.
Este problema afecta principalmente a las parejas jóvenes que están tratando de comenzar una profesión o todavía están estudiando. No traten de estudiar, de trabajar a tiempo completo, de tener un bebé, de hacer reparaciones en la casa y de comenzar un negocio, todo al mismo tiempo. Suena ridículo, pero muchas parejas jóvenes hacen exactamente eso y luego se sorprenden cuando su matrimonio se viene abajo. ¿Por qué no habría de ser así? El único momento en el que se ven es cuando están agotados.
Es especialmente peligroso cuando es el esposo el que tiene demasiados compromisos o trabajo, y la esposa está todo el día en casa con un hijo pequeño. La profunda soledad de ella da lugar al descontento y a la depresión, y todos sabemos a dónde lleva eso, pues el esposo hace que las relaciones sexuales escaseen o sean nulas.
Igualmente si ambos trabajan, la relación entre ambos ya es inexistente; por lo que tarde o temprano termina en divorcio, y alegan ante el juez “incompatibilidad de caracteres” después de llegar al momento de vivir en la misma casa como dos desconocidos. Deben reservar tiempo el uno para el otro, si quieren mantener su amor vivo.
Asesino 2. El aspecto económico.
Las deudas muy grandes y el conflicto en cuanto a cómo se gastará el dinero es un problema muy fuerte en los matrimonios.
Los matrimonios jóvenes de hoy gastan mucho en artículos personales innecesarios, diversión, fiestas, cine, etc. Las esposas jóvenes invierten mucho dinero en embellecer su cuerpo, en salones de belleza, spas, gimnasio, cosméticos, ropa, calzado y accesorios de marca. Los esposos jóvenes, por su parte, gastan mucho dinero con sus amistades en bebidas, fiestas y parrandas.
Cuando en un matrimonio ambos trabajan, ninguno tiene tiempo de preparar comida y hacer labores de la casa, por lo que compran en su mayoría comida preparada y deben contratar personas para el servicio doméstico de sus hogares. Todo lo anterior afecta la economía del hogar.
Igualmente, los matrimonios que ya tienen hijos tienen gastos extras, como escuela y médico de sus hijos, gastos de diversión y juguetes. Cuando los hijos crecen aumentan los gastos escolares, los hijos ya piden celulares y autos caros, computadoras, ropa y calzado de marca. Esto genera estrés en los matrimonios.
La recomendación es:
- Paguen en efectivo por los artículos de consumo, si no son prioridad es mejor no comprarlos.
- No gasten más de lo que pueden pagar por una casa o un auto.
- Si ambos trabajan organicen mejor su tiempo para las labores del hogar. Entre los dos pueden realizar tareas domésticas sin necesidad de contratar personal. Los hijos también pueden ayudar, sobre todo si ya son más grandes.
- No compren a sus hijos todo lo que les pidan, sino lo que necesiten.
Asesino 3. El egoísmo.
Cuando nos casamos, nos casamos con la idea errónea de que lo hacemos para ser felices. Error gravísimo, nos casamos para hacer feliz a nuestro esposo(a). Si lo aplicamos de manera recíproca, entonces tendremos que nos casamos para hacer felices a nuestros maridos, y nuestros maridos se casan para hacernos felices a nosotras.
Cuando esto no existe, entonces existe el egoísmo, en una o en ambas partes.
Existen dos tipos de personas en este mundo, los que dan y los que toman. Un matrimonio entre dos personas que dan, puede convertirse en algo bello. La fricción está a la orden del día entre una persona que da y otra que toma. Pero dos personas que toman pueden darse zarpazos una a la otra hasta hacerse pedazos. En resumen, el egoísmo siempre devastará a un matrimonio.
Así como el dicho reza “trata a las personas como quieres ser tratado”, entonces yo digo “ama a tu esposo(a) como quieres ser amado(a)”. No son válidas las frases como “no importa que no me ame como yo le amo”, “Con uno que ame basta” o “yo puedo amar por los dos”, ya que son actitudes cómodas y egoístas para la otra parte. En un matrimonio de debe dar, recibir y amar por igual.
Asesino 4. La intervención de los suegros.
Si el esposo o la esposa no se han emancipado completamente de los padres, lo mejor es no vivir cerca de ellos. La autonomía es algo difícil de conceder para algunos padres, y el estar muy cerca de ellos causa problemas.
Uno de los motivos por el cual muchos matrimonios llegan al divorcio es exactamente este, la intervención de los padres, y más aún de la madre de alguno de los dos. Hay casos de suegras que llegan a un punto de chantaje extremo, fingiendo o exagerando enfermedades que no padecen con tal de que se haga lo que ellas disponen.
Recuerden que el matrimonio es de dos: esposo y esposa. No de 3 ni de 4. Si hay problemas en su matrimonio no corran a contárselo a sus madres y a pedir consejo de ellas, ya que no son jueces imparciales y terminarán odiando a sus parejas. Llegará el momento en el que ustedes logren resolver sus problemas y sea todo miel sobre hojuelas, pero sus padres no perdonarán igual y terminarán por no aceptar más a sus parejas.
Si sienten que requieren ayuda y consejo para resolver un problema conyugal, acudan a una persona neutral como un profesional o consejero matrimonial, que pueda ofrecerles una guía adecuada.
