Los domingos son días en que los salones de fiestas ofrecen precios con descuentos para realizar sus eventos, más si son bodas o XV años. Y fue duro enterarme por qué…
Los sacerdotes no ofician en domingo ceremonias de boda o XV! Esto porque lo tienen ocupado con misas dominicales, confirmaciones y en algunos casos hasta bautizos.
Nos explicaban que tienen que salir a realizar misas en distintas parroquias, asistir a enfermos, y diversas tareas litúrgicas, por eso es difícil encontrar espacio en sus agendas a pesar de que las iglesias tengan horarios libres entre misas.
El sacerdote que finalmente accedió a casarnos en domingo nos puso una serie de condiciones, entre estas, tener varias pláticas con él para conocernos mejor. Estas pláticas fueron adicionales a las prematrimoniales. Y creo que nos ayudaron mucho más.
En principio nos dejó la tarea de recrear nuestra historia, podíamos hacerlo en un power point, con un collage, utilizar nuestra imaginación para contarle la historia. Nos ayudó a recordar eventos con los cuales crecimos como pareja, viajes, conciertos, días felices, días de enojo, cómo resolvimos problemas y porque habíamos llegado a este momento.
Nos pidió expresar nuestros temores y expectativas a esta nueva aventura (tuvimos que volver a ver la película de Up! como tarea, jeje). Así como reflexionar sobre nuestra vida espiritual.
El día llegó, el sacerdote ya nos esperaba de forma puntual, la ceremonia pasó como la teníamos pensada con las lecturas que habíamos escogido, y la homilía hablando de nosotros con lo cual provocó muchas risas entre los invitados y llanto de felicidad. Y nuestros votos… los olvidamos!! Pero dijimos lo que nos venía de corazón. El sacerdote siempre apoyándonos y riendo con nosotros.
Para haberlo conocido unas semanas antes nos trató de verdad como viejos amigos!!