La idea de la boda te emociona (como a toda novia), pero corres el riesgo de convertirte en una auténtica bridezilla. Si reúnes más de 4 puntos, ¡estás en riesgo!
1. Estás estresada todo el tiempo.
2. Ningún proveedor te parece suficientemente bueno.
3. Solamente hablas de la boda.
4. Gritas a la primera provocación.
5. Las peleas con tu novio van en aumento.
6. Tus amigas te dejan en ¨visto¨ los mensajes de WhatsApp.
7. Cuando pides una opinión te das cuenta, claramente, que te dan el avión.
8. Tu prueba de maquillaje y peinado fue una historia de terror. Saliste llorando y sin consuelo.
9. Tienes más acné que en tu adolescencia.
10. Ya no te acuerdas lo que es dormir de corrido.
11. Ya tienes más ganas que pase la boda para quitarte ese estrés, que por el hecho en sí mismo.
12. Te olvidas de aspectos fundamentales (como la prueba de menú) o dejas plantada a tu wedding planner.
Sé sincera contigo misma y dime ¿cuántos puntos reuniste?