Somos unos patas de perro, viajamos por nuestro hermoso país desde las primeras dos semanas de noviazgo y hasta emprendimos una agencia de viajes para llevar a la gente a conocer los extraordinarios lugares que ofrece nuestro México lindo y querido... Y aún así, falta tanto por conocer qué, nuestra Luna de Miel tiene que ser aquí.
Yucatán es nuestra meta, visitar sus cenotes, ruinas arqueológicas, museos; delitarnos con sus típicos platillos y bebidas; conocer a más de un lugareño y dejarnos envolver en la siempre mágica narrativa de lo que hay que hacer, de sus leyendas, de sus riquezas, sus sabores, sus olores...
Queremos un destino nuevo, nuevas experiencias, nuevas aventuras que nos den hilo para tejer más historias que contar. En ésta ocasión, una historia muy especial, porque celebraremos la dicha de estar unidos como nunca y recordaremos el camino que nos ha llevado hasta ese momento...
Los lujos no son algo que hayamos necesitado, ni lo necesitaremos. Siempre ha bastado una actitud de livianez, de mente abierta y ¿por qué habría de cambiar ahora? Bastará llevar a nuestro fiel compañero de viajes el "Halcón Milenerio" (así le llamamos a nuestro auto), ropa sufienciente, muy buena música, excelentes temas de conversación, romanticismo y un apetito feroz de aventura y deseos de conocer, para disfrutar al máximo nuestra Luna de miel...
Sabernos el uno del otro, un maravilloso escenario (cualquiera donde estemos él y yo), y un cumulo de nuevas experiencias... Así será mi Luna de Miel PERFECTA... ¿y la suya?