Nuestra historia empieza un sábado 22 de marzo del 2014 cuando hicimos match en Tinder. A partir de ese día, él y yo empezamos a habar, primero nos empezamos a conocer por el chat de la app, después nos agregamos a whats app y por ahí continuamos nuestra historia de amor sin saberlo.
Todos los días durante 2 semanas hablábamos, era la primera y la última persona a quien le escribía en el día, hasta que un día me invitó al cine con la excusa de que no tenía con quien ir. Total nos quedamos de ver en una plaza comercial en Monterrey un domingo en la tarde, vimos la película de “Capitán América 2” a la que no le entendí mucho que digamos porque no soy fan tanto como él. Pero desde entonces lo noté súper atento, súper amable, y muy caballeroso. Al terminarse la película me llevó a mi casa, y cuando llegamos nos quedamos platicando en el balcón de mi casa como 4 horas.
Al día siguiente fue por mí a la facultad y me invitó a tomar un café a donde era en ese entonces mi café favorito y por la noche me llevó a mi casa y nos quedamos platicando mucho rato como un día antes.
Yo en ese entonces estaba en mi último semestre de la carrera, y aparte trabajaba y hacía prácticas, la verdad es que no tenía mucho tiempo libre que digamos. Así que al ver que mis horarios eran algo complicados, el aprovechaba cada hueco de 5 mins que tenía para ir a verme, me impresionó mucho que cruzaba la ciudad de sur a poniente (30 mins aproximadamente) para verme únicamente de 5 a 15 mins. Claro que toda esa atención, todos los detalles, todo lo que sacrificaba y hacía por mí me fue enamorando poco a poco, hasta que un 26 de abril me propuso que fuéramos novios y acepté. Desde ese momento lo presenté con mi familia y todos lo quisieron mucho porque se notaba a primera vista que era sincero, y que sus intenciones conmigo eran buenas. Para principios de junio me presentó con su familia y claro que me recibieron súper bien, muy amables y amenos conmigo. De hecho todo se formalizó cuando mis papás insistieron en conocer a sus “compadres potenciales” (o sea mis suegros), se llevaron tan bien que nos hemos reunido todos unas varias veces y hasta nos hemos ido de vacaciones juntos.
Así han pasado los meses y los años, nosotros celebrábamos cada 26 ya fuera yendo al cine, cocinando nuestra cena, pidiendo pizza y viendo series… en fin, algo hacíamos para conmemorar el 26, y seguíamos enamorándonos más cada día que pasaba (o al menos yo jaja). Obvio teníamos nuestras peleas y problemas, pero siempre logramos resolver y salir adelante de las adversidades. Hasta que el 25 de febrero del 2017 el me invitó a cenar para celebrar nuestros meses de novios, pero fue una celebración muy fuera de lo común, o sea me dijo que me vistiera menos casual y más formal para esa cita porque me iba a llevar a un lugar especial, se justificó diciendo que ese mes era un mes especial… total fuimos a un restaurante Italiano en el centro de la ciudad, yo lo veía muy nervioso, mi instinto de mujer me dijo que probablemente ese era el día que me iba a proponer matrimonio, así que toda la cena me quedé esperando el anillo. Para mi mala suerte el anillo no llegó en la cena (admito que yo ya estaba algo decepcionada), me llevó a mi casa, y nos quedamos platicando en el balcón de mi casa como en nuestra primer cita. Cuando dieron las 12am del 26 de febrero, el me abrazó y me dijo que eran los mejores 35 meses de su vida, que me amaba y que me tenía una sorpresa, la cual había dejado en el carro, me dijo que me esperara un momento en la sala y que el regresaría con mi sorpresa. Él salió de la casa, y a los 10 segundos de que salió empecé a escuchar como mariachis, yo tardé en reaccionar otros segundos más, hasta que se me ocurrió asomarme tantito a la puerta, y ahí estaba el con un ramo de rosas, y los mariachis atrás de él cantando no sé qué canción, la verdad es que estaba tan emocionada y nerviosa a la vez que no recuerdo todo con mucho detalle. Solo me acuerdo que en la segunda canción él se arrodillo y me preguntó que si quería casarme con él… la verdad no pude emitir palabra, solo movía la cabeza de arriba para abajo como tonta, después me puso el anillo, y para la tercer canción salieron mis papás y mis hermanas de la casa, y no supe de donde ni en qué momento salieron mis suegros y mi cuñada con su familia. Yo me sentía como en un sueño, estaba extremadamente feliz y lo que le sigue, de hecho todavía me acuerdo de ese día y me vuelvo a emocionar.
Para cuando los mariachis se fueron todos entramos a la casa y brindamos por el amor, la familia, la unión y por nuestro compromiso, ¡definitivamente ese día ha sido de los más felices en mi vida!.
Ahora ya estamos con la planeación de la boda, tenemos muchas cosas adelantadas. Nos vamos a casar el 5 de mayo del 2018 en la iglesia que me gustó desde un inicio, me parece una iglesia muy hermosa, aparte de que está muy cerca de mi casa y del salón en donde ofreceremos la recepción, el cual también fue de los primeros que fuimos a ver y que nos enamoramos de él desde que entramos a pedir información.
Acabamos de separar a nuestro fotógrafo, a quien nos recomendaron bastante y con todo y el excelente servicio que ofrece, se ajusta bastante bien al presupuesto que tenemos destinado para las fotos.
También estoy apoyando a mi mamá y a mi suegra para la planeación de la despedida, mi mamá es la más emocionada con esto, pero como que trae sentimientos encontrados porque cada que habla del tema se emociona, pero se pone nostálgica, creo que tiene que ver con que soy la primera que se casa.
La verdad es que espero que valga la pena todo el sacrificio que estoy haciendo porque mi boda salga bien. Aunque también estoy consciente de que se pueden presentar inconvenientes que no dependen de nosotros, y que hay que ser algo tolerantes con esto. Hasta el momento creo que vamos por buen camino, faltan aún más pendientes, y a veces siento que la planeación de una boda y todo lo relacionado a ella es un reto porque a veces queremos cosas distintas, pero siempre hemos llegado a un acuerdo, la verdad estoy muy enamorada de mi futuro esposo, y siento muchísima ilusión con lo que será el inicio de nuestra nueva familia. ¡Jamás imaginé que sentiría tanta urgencia de que pasaran estos 8 meses para el día de mi boda!
