Chicas a lo largo de 10 años de ejercicio profesional, me he encontrado con un fenómeno cada vez más común en las mujeres próximas a casarse. El síndrome de la novia neurótica (o Bridezillas en inglés)
Pero, ¿Qué es una novia neurótica?
Es una mujer normal, que meses antes de la boda se transforma, el estrés las convierte en personas casi intratables. Pelean con sus madres, con sus suegras y claro, con sus futuros maridos. Esto es, hasta cierto punto normal, si tomamos en cuenta que el proceso de matrimonio también es un duelo, y si a esto le aunamos las responsabilidades que conlleva el planear una fiesta… ustedes saben de lo que les hablo.
Aquí, los consejos para llegar al altar sin morir en el intento:
Primero que nada, debemos ser realistas, no podemos controlar todo. Y aunque lo intentemos, algo puede fallar. Esto es lo que más preocupa a las mujeres antes del matrimonio. Por lo general se ponen obsesivas, irritables y hasta agresivas. Quieren controlar absolutamente todo y no delegar nada. Por lo que toda novia es una neurótica potencial.
Ocurre que en la fiesta se vuelcan demasiadas fantasías y toda la atención está puesta en la novia. Ella es la estrella de la fiesta. Nadie pregunta quién fue el peluquero del novio, ¿o sí?
Este fenómeno es más común en las mujeres que en los hombres, principalmente porque ellos delegan la mayoría de las elecciones a la mujer, porque para ella es mucho más importante si hay pollo o carne roja. Para él, mientras haya algo que comer está bien. Lo mismo ocurre con otros detalles de la fiesta como las flores, el programa, la iglesia, etc. La novia quiere estar en todo, porque para ella tiene mucho más significado. A él lo que más le interesa es llegar al momento de la luna de miel (jejeje)
El problema generalmente comienza a agudizarse, cuando la mujer no se siente apoyada por su pareja. Y esto se da naturalmente porque el hombre piensa que haga lo que haga no le dará gusto a su mujer.
Otro factor influyente en éste síndrome: los nervios de la madre de la novia, que muchas veces en lugar de contener a su hija, potencia el estrés. Las diferencias generacionales y de estilo entre ambas, y la necesidad de la novia, de complacer a todos, (lo cual es prácticamente imposible) crea mucha fricción entre ambas, y si le sumamos que en ocasiones son más invitados de los padres de los novios que de los propios novios… podremos entender porque aumenta el estrés.
La solución: aprender a delegar, aceptar consejos y ser realista de los alcances, tanto económicos, como de tiempo.
No puedes ir a todas las pruebas (de vestido, pastel, comida) con toda la familia, y mucho menos darles gusto a todos. Las consuegras siempre piensan diferente. Si una quiere un menú elegante, la otra prefiere algo sencillo... Y la pobre novia queda en la esquina sin saber a quién contentar.
El secreto está en intentar disfrutar al máximo y estresarse el mínimo. Porque, en teoría, la idea es casarse una vez en la vida...
Te estás convirtiendo en una novia neurótica si:
* Duermes mal: no logras conciliar el sueño, pensando en los pendientes de la boda, o despiertas a media noche, por los mismos motivos
* Está más irritable: cosas triviales que antes soportabas, ahora te sacan de quicio
* Discutes con tu novio permanentemente, por cosas superfluas
* Peleas con tu madre y tu suegra, y tu vecino, y… todo el que se deje
* Estás metida en todos los detalles y no logras delegar nada
* Estás indecisa y pide miles de presupuestos y de opiniones hasta último momento
* Vas acompañada a las reuniones pero no estás de acuerdo con la opinión de los demás y eso es motivo de conflicto.
Bueno, mis niñas, ¿alguna se identificó? Yo siempre les recomiendo a mis pacientes, hacer ejercicios de respiración, tener una caminata matutina, hacer actividades que te permitan alejarte del tema la boda, pero sobre todo establecer prioridades y disfrutar cada cosa, si empiezas a padecerla, es hora de hacer una pausa