Halando sobre la incertidumbre mundial, mi FM y yo decidimos tener un plan B para nuestro gran día.
Habíamos planeado tener una boda destino muy linda e íntima el 1ero de Agosto. Queremos que sea en casa de mi mamá, quien vive en Mérida (nosotros vivimos en la CDMX), porque tiene una casa grande con jardín y alberca.
Se supone que ahorita tendríamos que estar en Mérida vacacionando y sobre todo contratando a los proveedores, eligiendo el sabor del pastel y las flores para mi ramo, haciendo las pruebas de maquillaje y dejando todo listo para llegar en el verano a casarnos.
Tristemente hace dos semanas decidimos que lo más sabio y responsable era cambiar nuestros boletos de avión de estas vacaciones de abril y moverlos para diciembre.
Ya se imaginan el problema que causó este cambio de planes: 1 Ahora tendría que pedirle a mi mamá el favor de encargarse de todo (aunque ella lo haría con gusto no quiero dejarle esa carga tan pesada)2 a pesar de que podemos contratar proveedores a distancia, todo quedaría a gusto de mi mamá, el pastel, la comida, las flores, etcétera.
Esto y muchas razones más nos llevó a considerar un plan alternativo: mover la boda para diciembre (al fin ya tenemos los boletos que cambiamos de abril a diciembre). Hicimos una lista de pros y contras (eso ayuda muchísimo, créanme) y nos dimos cuenta de que hay más pros para cambiar la fecha a finales de año que contras. Me daría mucha tristeza tener que esperar casi 5 meses más para casarnos pero después de revisar nuestra larga lista de pros sé que todos nos sentiríamos más tranquilos y a salvo.
Acordamos que la gran decisión la tomaríamos en junio. Las mantendré informadas sobre lo que decidamos y mientras, para desestresarnos un poco, les dejo una foto chistosa de mi anillo de compromiso 💍. Besos virtuales para todos 😘
