Probablemente va a parecer una locura que esté escribiendo esta carta. A ti, a la persona con la que voy a pasar el resto de mi vida y posiblemente aún ni siquiera conozco.
Pero si soy sincera, no me parece tan mala idea escribirte.
Si hoy estás a mi lado quiere decir que eres el hombre más maravilloso del mundo. Eso lo sé porque con los años aprendí que no iba a conformarme con cualquier persona, tendría que llegar un ser increíble para que yo decidiera compartir mis días a su lado. Y entonces apareciste tú.
Quiero darte las gracias por haber llegado a mi vida, por demostrarme que el amor de verdad debe de ser paciente y que a final de cuentas, todo lo que viví y sufrí antes de ti, valió la pena.
Hoy estoy segura que todo aquello por lo que pasé fue una preparación para ti. Y quiero que sepas que soy muy feliz de tenerte a mi lado. Lo sé porque por ahora me pareces un sueño, pero sé que tenerte a mi lado debe de ser una bendición.
Espero que estés igual de feliz que yo, prometo que haré todo lo posible por ser esa mujer que mereces a tu lado. Quiero ser la pareja que necesitas. Ayudarte a salir adelante, que podamos luchar contra el mundo si es necesario.
Quiero prometerte también que no importa cuántas veces nos enojemos, siempre encontraremos la manera de solucionarlo, prometo que hablaré y no me iré a dormir enojada. Que te besaré siempre antes de ir al trabajo y que nunca faltará el amor en nuestro hogar.
Gracias por hacerme feliz, por cumplir tus promesas, por estar a mi lado. Gracias por decidir pasar el resto de tu vida conmigo.
Por último te pido que hagamos que las cosas funcionen, trabajemos juntos, por favor, no nos demos por vencidos, nosotros somos suficiente.
Te amo y no puedo esperar a comenzar a vivir esta aventura a tu lado.
Atentamente.
Tu futura esposa.
