Velo de Novia
El velo de la novia es una de las prendas inmanentes de la tradición nupcial. De hecho, su presencia consta en las primeras narraciones sobre bodas. Su vigencia en la celebración nupcial es muy antigua, primitiva; pero ha perdurado hasta nuestros días, como muchos otros elementos nupciales.
El velo de la novia se incluye en el elenco de atributos tradicionales de la boda. Su significado actual dista notablemente del que tenía en un primer momento, pero su presencia ha continuado debido a la solemnidad que comporta el ceremonial del matrimonio.
La vinculación del velo con el casamiento se averigua al analizar la palabranupcias (matrimonio). El vocablo nupcias procede del latín “nubere”, que significa “velo” y/ó “para casarse”, indicando que la mujer iba en la Antigua Roma cubierta de un velo para contraer matrimonio. Pero el velo de la novia no hay que situarlo sólo en época Romana, sino mucho antes. Se remonta a tiempos primitivos y, hasta no hace muchos siglos, ha estado ligado a laobediencia o a la sumisión. Y no sólo las novias portaban el velo manifestando su acatamiento, sino también las monjas como símbolo de sumisión a Dios. Es por esta razón por la que se las conoce como “esposas de Cristo”.
Pero aparte del servilismo que debía rendir la mujer al esposo, les citaremos segundos significados del velo de la novia en otras culturas: En algunos pueblos árabes, los novios no se ven hasta el día del enlace matrimonia, y es ese día cuando el novio descubre el rostro de su esposa una vez le levanta el velo. Lo cierto es que esta costumbre de levantar el velo a la novia ha traspasado fronteras, aunque en el mundo occidental sí había conocimiento de quién era su contrayente. Aquí, en Europa, se ha consagrado la costumbre de descubrir el rostro de la novia para besarla tras el “puede besar a la novia”. Este beso tiene como significado el sello del amor y promesa de respeto. Ya en la Antigua Roma el beso se traducía como promesa, de hecho.
En el libro Vida Conyugal y Sexual (Moragas, V. y Corominas, F. Año 1964) se relatan dos significados del velo también muy en la línea de la sumisión: en Japón, la novia salía de su casa hacia el lugar de la ceremonia cubierta hasta los pies de un largo velo que simbolizaba un sudario. Este sudario significa que ha muerto para su familia, pasando a vivir sólo para y por el esposo. Tanto el velo como el vestido eran completamente blancos, color que simboliza el estado virginal.
De la Antigua Persia el mismo autor nos cuenta que la novia, el día de la boda, era conducida en camello o a pie (según las rentas) a casa del novio, e iba totalmente cubierta con un velo para evitar el mal de ojo.
El velo de la novia, de esta manera, no está exclusivamente reservado a las bodas canónicas (por la Iglesia Católica), ya que ha sido una prenda común en todas las culturas. Si va a optar por una boda civil también podrá llevar el velo.
En la boda canónica, es costumbre que la novia salga de casa de sus padres (donde ha permanecido ese día para vestirse) con el velo encubriéndole el rostro. El velo lo portará así hasta que el sacerdote ordene el beso con el proverbial “puede besar a la novia”, que coronará la ceremonia. El velo, por lo común, lo descubre el sacerdote. Una vez que los novios se han besado como señal de unión, la novia permanecerá toda la jornada con el velo descubierto.
El velo de la novia y la cola del vestido, si son de longitud considerable y entrañan peligro de tropiezo, han de ser acicalados durante la boda por las damas de honor. Las damas de honor arreglarán el velo y la cola del vestido de la novia si se arruga durante su paso por la Iglesia, al sentarse en el presbiterio, al bajar del automóvil, etc. Harán las veces de doncellas de la figura más admirable en aquel día tan especial.