Hola chicas abri este debate ya que muchas veces nos encontramos en esta situacion que nos hace sentirnos confundidas ya que a veces nuestros novios no quieren casarse, pero realmente si hay una explicacion a esta interrogante ¿por que los hombres le temen al matrimonio?.
Las mujeres que desde niñas sueñan con el momento de llegar al altar de brazo de su padre, para iniciar un camino compartido con el príncipe de sus sueños,suelen sentir una gran frustración cuando se encuentran que el hombre amado no tiene el mismo sueño; o lo que es peor aún, que el sueño de ella para él es una pesadilla.
El pensamiento es casi lógico: “¡Si no quiere casarse conmigo es porque no me quiere!”, aunque es una suposición no siempre certera.
Los hombres le temen tanto al matrimonio, como las mujeres le temen a la soltería; es verdad, que hoy en día las nuevas generaciones de mujeres y –no tan nuevas- ya no sujetan su realización personal a la concreción del matrimonio; y muchos hombres “modernos” ven en el matrimonio un nuevo escenario en dónde compartir vivencias con la pareja. Los tiempos han cambiado y las mentes también; pero de todas formas quedan algunos resabios de creencias obsoletas.
¿Estás en pareja con algún dinosaurio fóbico al casamiento? ¿Tú sueño es casarte pero él no quiere saber nada? ¿Ya llevan mucho tiempo de novios y él se resiste a poner fecha? ¿No encuentras una solución?
¡No te preocupes! Todo tiene remedio.
¿Por qué los hombres le temen al matrimonio?
Los hombres suelen sentir resistencia al compromiso por el mensaje que han recibido de niños por parte de la familia y la sociedad. Si te alejas un poco del mundo y observas, advertirás que se nos enseña que uno al crecer deberá buscar una pareja, ponerse de novios, y al tiempo casarse; para luego tener hijos. Una esposa e hijos, implica mayor trabajo, generar más recursos, se incrementan las obligaciones, y se disminuyen los placeres, los hobbies, los tiempos. El momento de encuentro con los amigos, las cervezas después de la oficina, las salidas nocturnas, se disfuman con el humo de un cigarrillo tras la reja de una prisión “cómoda”, nuestra casa.
Vendida la felicidad eterna de esta forma, creo que hay pocos compradores, algunos impulsivos, y otros que compran porque no saben decir NO; pero la felicidad así expuesta, es una mala prensa; a la que muchos hombres se niegan, pues ven en ella truncar su libertad.
El matrimonio no es para truncar absolutamente nada; por el contrario es para crear y compartir mucho más de lo que los miembros de la pareja hacen en forma individual.
Pues el matrimonio o vivir en pareja, es un juego mayor que el juego individual, es un juego en equipo. Dos que deben tirar hacia el mismo lado, dos que deben avanzar juntos de la mano, ninguno adelanta o atrás, los dos a la misma altura.
Sin embargo, en la mayoría de los casos, las experiencias de los padres, las historias que se escuchan, los amigos, los compañeros de trabajo; trasmiten lo contrario.
El matrimonio aparece como un monstruo que pretende arrebatarse del “hombre” lo mejor de ese hombre.
Esas creencias de “prisión” de “verse privado de algo” son las interpretaciones que hacen que los hombres teman al matrimonio. En muchos de ellos hay un gran rasgo de inmadurez, pues deben aprender que con el transcurrir del tiempo, muchas cosas de las que hacían ya no podrán hacer, que son las etapas de la vida que van muriendo, y deberían aceptar esas pérdidas. Pero también hay mucho de cultural; cuando se le pone en sus hombros el peso y la satisfacción de toda una familia.
¿Cómo lograr que desee casarse?
Para poder comprender mejor este temor, creo que las mujeres deberían hablar abiertamente con sus parejas, y preguntarles, ¿qué les pasa con el compromiso? ¿Qué sienten frente a la idea de casarse y sobre todo “para toda la vida? ¿Cuáles son las fantasías que esas palabras despiertan en sus psiquis?
La mayoría de las veces los miedos al confrontarlos desaparecen, al ponerles palabras caen rendidos a nuestros pies.
La decisión de querer vivir con otro, de forjar un recorrer juntos, implica una elección de vida que tal vez muchos no eligen.
Si después de conversar con él, insiste en sus ideas u opiniones; será parte de tu amor y escucha, aceptar sus valores; y elegir seguir con él a sabiendas de que no querrá casarse o reiniciar tu vida amorosa con otra persona. Quedarte con él, renegando de él; no es la elección más saludable.
Aunque no nos guste o agrade, las personas no somos iguales; no pensamos todas lo mismo, no compartimos todas los mismos ideales. Si tu pareja no comparte tus valores de vida, ¿para qué te vas a quedar resistiendo?
En nuestra actualidad existen muchas formas de “formalizar” sin llegar al matrimonio, tal vez no sea una opción para ti; pero si tú quieres y él no quiere, tal vez pueden negociar una nueva forma de estar juntos.
han pasado por una situacion similar? ¿como la han resuelto? ¿que opinan de que los hombres no quieran casarse?