Lo más chistoso que me ha pasado es que tomamos el metro en Paris en la dirección equivocada. Casi llegábamos a la última estación cuando nos dimos cuenta.
Estabamos tan tan casados. Pero en lugar de enojarnos estuvimos riéndonos por mucho tiempo.
Se ha ocultado el contenido
Para mostrar este contenido, por favor haz clic aquí