Nuestra historia de amor comenzó en Diciembre del 2015 sin siquiera nosotros darnos cuenta que ya había empezado. Nos conocimos en un entrenamiento de coaching de vida, y un día sin saber cómo, encontré su número de celular grabado en mi teléfono. Lo confundí con alguien más y al marcar el número (pensando que era otra persona que ya iba tarde para una actividad) le pegué de gritos para después enterarme que no era a quien yo buscaba y que él era el chavo guapo en quien me había fijado anteriormente.
Después de eso juré que jamás me dirigiría la palabra, pero me llevé la sorpresa y me agregó a Facebook a los pocos días. El día de su cumpleaños le mandé un mensaje y me tomé el atrevimiento de decirle que me gustaba... lo demás ya es historia.
Es chistoso pero desde los primeros meses de novios, supimos que nuestra dirección como pareja era formar una vida juntos. Hemos vivido de toooodo en los casi dos años que llevamos de novios, pero hemos aprendido a crecer de forma individual y como pareja.
Siempre fui de las chavas que juraban y perjuraban quedarse solas toda la vida, de esas tías consentidoras buena onda, con tres perros y un muy buen trabajo. Nunca salía con chavos, era muy introvertida... hasta que llegó él y me hizo sentir como en casa. Pasas el tiempo buscando en los lugares equivocados a la persona "ideal" y cuando dejas de buscar, el universo te dice "tranquila, ahora ya estás lista" y entonces llegó él. No puedo decirles que todo es maravilloso, divino y color de rosa; me saca canas verdes y me hace desvariar, pero todas las noches me duermo al lado de la persona que amo y es uno de los mejores regalos de vida.
Ahora que decidimos que un par de años no son suficientes, y que una vida suena mucho mejor. entonces comenzamos a planear nuestra boda con mucha emoción. Aunque no tenemos nada completamente definido, sabemos perfecto los dos qué tipo de boda queremos: de noche, en un jardín precioso, bajo luces de velas y flores blancas. Algo muy sencillo, únicamente con la gente más importante para nosotros, pero sin dejar de ser romántico y la locación perfecta para unir nuestras vidas de forma muy especial. Aún cuando no es la boda que yo imaginaba desde pequeña, (porque la pagaremos nosotros dos y no tenemos un presupuesto enorme) tengo la gran ilusión de poder llamarlo "mi esposo" muy pronto.
Soy un manojo de emociones y aunque falta poco más del año para la boda, simplemente no hay palabras... soy muy afortunada