Hola bonitas brides, el día de hoy les quiero compartir lo que me sucedió el fin de semana, y es que al fin (lo que no quería que pasara) afloró mi lado bridezilla (pues es que soy una loquita de la perfección, muy necia y controladora de los detalles y la perfección) y pues tuve una discución con mi FM (más o menos fuerte) y pues me detuve a pensar un poco, tiene razón: lo estuve presionando para que hiciera su lista de invitados, para ver lo de los padrinos, me estaba encargando de todo yo, etc... y él me dijo que estaba volviendo la organización una fuente de estrés (yo me estaba estrasando mucho y eso que nos queda poco menos de un año ). El chiste es que encontré aquí en la comunidad un artículo muy interesante escrito por Laura Acosta titulado ¿Dudas antes de la boda? 6 remedios para decirles adiós , y pues les copio y pego esto que me ha hecho reflexionar (aunque suene a meme ), espero les sirva:
-.-.-.-.-.-Después de la entrega del anillo de compromiso todo parece muy bonito. Con la ilusión de organizar su gran celebración, pasarán a las invitaciones de boda, buscarán unos lindos pensamientos de amor para personalizarlas... Y al pensar en la fecha, ¿entran en pánico? Esto les pasa a muchos novios, pero los motivos por los que pueden aparecer son variados y no necesariamente deben ponerlos a temblar. Para que estén más tranquilos, analizamos los principales motivos por los que se suscitan estas crisis y cómo afrontarlas.
1. Descarten conflictos seriosUna cosa será que los pendientes de la planeación del día B los tengan preocupados y hasta se irriten fácilmente. Y otro asunto será que ahora salgan a relucir problemas más serios de la relación. El respeto, la fidelidad, el compromiso y, en definitiva, el amor en mayúsculas no se tambalea porque los precios de los pasteles de boda se disparen por encima de lo esperado o porque las previsiones del clima anuncian tormenta para el gran día. Sincérense con sus sentimientos, separen lo que les está haciendo ruido y cerciórense de que esas pequeñas molestias que aparecieron son solo circunstanciales y no revisten conflictos de fondo.
2. ¿Crisis prenupciales? Vayan al núcleoLa etapa de los preparativos de boda es una montaña rusa de emociones. Por un lado, no ven la hora de encontrarse en el altar. Él con su traje de novio, que lo hace lucir guapísimo; ella, con ese vestido de novia de encaje con el que tantas veces soñó. Por otro lado, podrían estar canalizando mal el estrés de averiguar cómo hacer recuerdos para boda y cómo elegir el mejor, entre tantas otras tareas. Así que ármense de paciencia y aprendan a gestionar el estrés.
También estarán hechos un manojo de nervios por esperar que todo salga perfecto, el dinero se gasta cada vez más rápido, la fecha está cada vez más cerca y su vida en matrimonio, también. Y se preguntarán: "¿para qué me metí en esto?" Este tipo de dudas son normales, pues están sometidos a mucha presión. El hecho de que, durante estos meses, prácticamente toda su vida gire en torno a la boda puede desviarlos de los temas esenciales.
En cualquier caso, no pierdan de vista por qué decidieron dar el paso y hagan una pausa para dedicar unos pensamientos de amor a tu esposo y que él te mime también. Lo importante es impedir que la bola de nieve crezca sin parar. Si necesitan ayuda de un profesional para que las emociones no los desborden o simplemente un organizador de bodas para delegar funciones, no lo aplacen.
3. Trabajen en equipoRegularmente, los novios no ven la boda con los mismos ojos que las novias y esto no significa que no se sientan emocionados por la celebración de su amor. Tal vez la decoración y lo último en vestidos de novia modernos no lo mantengan tan extasiado como a ti. Pero entre todas las tareas de la boda seguro que encuentran cuál es su fuerte. Tal vez sea bueno para negociar con los proveedores o para coordinar el menú, el coctel de bienvenida, la mesa de dulces para boda o la música para cada momento. La comunicación es básica: si su pareja no participa por iniciativa propia, háganselo saber.
4. Mantengan una actitud positivaSi llenan su mente de “y si el pastel de boda elegante no llega” o “y si nada sale como siempre lo imaginé”, tengan por seguro que así será. Tomen las cosas con calma, pidan ayuda, den espacio a la espontaneidad, diviértanse y no se transformen en bridezillas o groomzillas, porque no los llevará a nada bueno.
5. Despejen su mente de los preparativosSi tienen el tiempo encima, qué bueno y si no, también. El punto es que necesitan distraerse de los preparativos porque los terminarán alucinando. Una escapada a un spa, una tarde de pelis en casa y en pijama, una ida al teatro o una cena romántica les caería de maravilla para no llegar a su boda todos estresados, cansados o hasta peleados.
6. No vean cosas donde no las hay¿Celos antes de la boda? Sí y pasa con mucha frecuencia porque los nervios generan inseguridades. Si se han distanciado o han tenido uno que otro roce porque no se ponen de acuerdo con las frases para invitaciones de boda, no saquen conclusiones en base a suposiciones. Aclárenlo a tiempo, no discutan por nimiedades y expresen sus sentimientos.
7. Dejen que la vida en matrimonio los sorprendaSi cada vez está más cerca lo que tanto han esperado, ¿por qué les inquieta la idea de compartir una vida en pareja? Las expectativas son desgastantes, conllevan a la decepción y por nada del mundo lleguen al altar pensando en el divorcio. Después del matrimonio, nada cambia, pero todo puede ser mejor. Este es el arranque y es como comprar unos zapatos cómodos: hay que cuidarlos bien para que duren toda la vida. Así que, se casen con un traje y con un vestido de novia sencillo o no, lleven siempre unos zapatos cómodos.
Si sus objetivos están emparejados, se respetan, crecen juntos día a día, no desean cambiarse porque se disfrutan tal y como son, el anillo de compromiso está bien puesto. Entonces, ¿qué les preocupa? Que todas las incertidumbres se reduzcan al total de personas que confirmarán asistencia después de recibir sus invitaciones de boda elegantes. Si las dudas hacen de las suyas, solo hay que pararse y escuchar atentamente las señales del instinto o bien, como diría la canción, listen to your heart.