Bueno, ese fue el nombre del tema que una pareja de esposos nos compartió anoche en una reunión con varias parejas. Me llamó la atención el título y se me hizo algo difícil de lograr desde el hecho de que los sentimientos son estados de ánimo que surgen bajo diferentes circunstancias en diversos momentos, pero conforme la sesión avanzó me di cuenta que se trataba de consejos para poder educarnos en la expresión de lo que sentimos basados en el uso correcto de expresiones lingüísticas que permitan a las parejas darse cuenta del momento que pasan para elegir más asertivamente cómo reaccionar a una situación.
Ponerle nombre a lo que nos pasa
Un sentimiento se expresa regularmente como: me siento triste, me siento comprendido, me siento inseguro. Los sentimientos son de larga duración y de baja intensidad, ej. el cariño entre hermanos (amor), la tristeza por una pérdida familiar, la alegría de hacer algo que te gusta.
Una emoción se expresa como: estoy eufórico, estoy enojado, tengo miedo, tengo celos. Por lo general de baja duración, muy intensos y asociados con el temperamento de una persona al reaccionar a un estímulo externo, ej. el enojo por un regaño, la alegría de que gane tu equipo, la frustración de no entregar un trabajo a tiempo.
Es muy fácil confundirlos, por eso algunas diferencias clave entre sentimiento y emoción son:
- Los sentimientos son más duraderos que las emociones, pero las emociones son más intensas que los sentimientos.
- Los sentimientos son el resultado de las emociones.
- Las emociones son reacciones psicofisiológicas ante diversos estímulos, mientras que los sentimientos son evaluaciones conscientes de nuestras emociones.
Ahora, sobre el asunto de alcanzar los sentimientos, nos recomendaban comenzar a educarnos en expresarnos de tal manera que la otra parte pueda tener una idea de nuestro estado usando comparativos.
Ejemplos con los mismos sentimientos:
"Estoy triste, como la vez que me regañó mi mamá por romperle su bolsa"
"Estoy triste, como cuando mi abuela murió"
"Estoy alegre, como cuando me compré zapatos nuevos"
"Estoy alegre, como cuando nació mi hija"
A pesar de ser las mismas expresiones de alegría y tristeza, el nivel de profundidad no es el mismo, pero los comparativos ayudan a diferenciarlos. En lo personal creo que es difícil para muchos el hacerlo, por nuestros hábitos y educación, pero que bien vale la pena intentarlo ya que así podemos elegir mejores reacciones con nuestros compañeros de vida, saber si lo que conviene es hacer algo para que esa emoción momentánea disminuya su intensidad o se sienta compartida; o dejar de hacer algo para abrazar al otro y dejar que se desahogue, o expresarle nuestro apoyo y admiración.
No hay fórmulas mágicas para evitar malos entendidos o discusiones, pero es una opción para mejorar nuestra comunicación y descifrar el misterio que es nuestra pareja. Por lo pronto nos está funcionando.