¡Hola Brides & Grooms!
Hoy faltan 3 días para la boda. “¡Yei, qué emoción!” grita mi corazón. Han sido 9 meses de organización de un evento muy importante.
Mucha gente en estos últimos días me ha preguntado “¿no estás nerviosa?”, y he hecho una profunda reflexión para contestar: No estoy nerviosa, en realidad en mí impera una gran paz y tranquilidad por hacer un compromiso ante nuestra familia y amigos al unirnos como una familia. En realidad existe mucha emoción y mucha ansia por querer que el gran día ya llegue.
Tengo mucha claridad que en los eventos, bodas, bautizos, fiestas de empresa, conciertos, etc. siempre está “la posibilidad de la eventualidad”: en muchos casos, algo sale fuera de lo planeado. Sin embargo, esos detalles u eventualidades no conforman el evento en sí (claro, a menos que no aparezca el novio o la novia, jajaja). Yo no espero que el día de mi boda sea perfecto, porque todos los días son perfectos: pasa todo lo que tiene que pasar y nosotros tenemos cada día la oportunidad de hacer de éstos, el mejor de nuestras vidas o el peor. Es una cuestión de óptica y de actitud. Me emociona mucho que llegue la fecha por lo que significa. En mi caso, nunca había querido tanto compartir mi vida y ser compañera de camino de alguien, en este caso de Paco. Me llena de emoción que, aunque ya llevemos un año y medio viviendo juntos y siendo una pareja formal, estamos por realizar un acto simbólico social para decirle a la gente que queremos: le vamos a echar todas las ganas, todos los días, por ser una pareja que construya una relación sólida y de bien.
¿A ustedes qué es lo que les emociona de casarse? ¿qué significa para ustedes todo este proceso de organizar EL evento?