La nueva esposa y ama de casa que estaba acostumbrada a que las responsabilidades del hogar las llevaba su mamá donde ella participaba en una mínima parte, de pronto se enfrenta a la responsabilidad total y se siente abrumada y preocupada, y cuando la
recién casada además de estrenar reino, también trabaja es más complicado recuperar el control de su vida...
Cuando eres recién casada parece que el mundo se te viene encima por la cantidad de responsabilidades nuevas que de pronto te caen. Mientras vivimos en casa de los papás, nuestras actividades se circunscriben únicamente a las propias. No tenemos que pensar en nadie más, ni que atender un hogar con todas las responsabilidades que eso conlleva. Y de un día para otro tenemos que seguir con nuestras actividades normales y añadirle el manejo, mantenimiento y administración del hogar, además de atender al marido.
No se nos ocurre que mientras transcurre el tiempo de los preparativos de la boda, que generalmente es un año, podemos acercarnos a la mamá y preguntarle cómo es que logra organizarse con todo, cómo es que administra la casa, y observarla cuidadosamente porque en breve nos encontraremos en la misma situación. Tener una conversación (o varias) con la mamá respecto a este tema podría ser muy beneficioso para el mejor comienzo de esa nueva vida.
También debemos de comprender que siempre que comenzamos algo nuevo, nos lleva tiempo aprender la rutina y adaptarnos organizando toda nuestra vida para incluir esa nueva responsabilidad en la planeación de nuestras actividades. La rutina que traemos cuando todo se ha manejado igual a nuestro alrededor durante determinado tiempo, nos hace relajarnos y despreocuparnos por resolver nuestro día ya que conocemos muy bien lo que debemos enfrentar. Pero cuando hacemos algún cambio en nuestras responsabilidades o le añadimos nuevas, es cuando sufrimos hasta volver a tomar control de la situación.
Para que logres esto, aquí te pongo una serie de recomendaciones que espero te ayuden a programar tus actividades mejor:
•Debes tener organizado tu hogar en todos los detalles, para que sea fácil y rápido su limpieza y mantenimiento. Cada cosa debe tener su lugar y solamente tener las cosas que verdaderamente utilices, poco o mucho, descartando lo que no uses o no sirva. Siempre que se utilice algo, deberá volver a su lugar en cuando se haya terminado. En esto tenemos que entrenar al marido para que nos ayude, si lo haces desde el principio, se les hará un hábito que facilitará mucho el trabajo del ama de casa.
•Debes contar con pequeños sistemasque te ayuden en las diferentes áreas para ir cumpliendo con las responsabilidades y pendientes que tengas. En qué orden vas a hacer las cosas y hacerlo una rutina. Cuando una actividad la conviertes en rutina, la resuelves mucho más rápido porque la llevas a cabo casi sin pensar. Al levantarte hazte un sistemita de ir poniendo cosas en su lugar y lo mismo debe hacerlo él para que aunque no se limpie, la casa se vea ordenada, además de que estando todo en su lugar, es más rápido resolver cualquier situación porque automáticamente te diriges al lugar en el que tienes la certeza de que lo que buscas se encuentra. Parece mentira, pero la realidad es que al ahorrar tiempo de poquito en poquito verás al final del día que pudiste resolver más cosas. Al volver a casa, el abrigo a su lugar, la bolsa a su lugar (tiene que tenerlo), el portafolio a su lugar. Al salir del hogar debes dejarlo en orden y recogido para que al volver visualmente no te sientas agobiada y te concentres en lo que tengas programado. La pareja debe de anotar los pendientes que se necesiten comprar, los dos deben de cooperar para que esto funcione. Si llevas a cabo una determinada tarea que implicó utilizar varias cosas, todo debe de volver a su lugar una vez concluída la tarea. Siempre que hagamos esto, la energía en el hogar fluirá favorablemente para poder hacerlo en el menor tiempo posible y bien.
•Debes manejar una agenda para controlar actividades y pendientes. Solamente mediante una agenda es posible controlar todo lo que tenemos que resolver cada día de nuestra vida. Es la única manera de no olvidar ningún detalle y de ir verificando que estamos resolviendo tareas que nos llevan al logro de nuestras metas más importantes.
•Debes planear todos los días tus actividades del día siguiente para desenvolverte con facilidad y resolver todo lo que puedas dentro de cada día. Planea qué es lo que quieres hacer al día siguiente y reúne todo lo necesario desde la noche anterior.
•Organiza tus tareas del hogar por días, esto es, los lunes pasar la aspiradora y limpiar el polvo, los martes lavar ropa, recoger y trapear, los miércoles planchar, etc. Si trabajas y puedes pagar a una persona para que te ayude con la limpieza del hogar, enséñala con rutinas de cada día para que repase todo de lunes a viernes.
•Dedica una mañana o tarde para cocinar para varios días y congela en porciones. Ten siempre en el refrigerador lo necesario para acompañar esos platos y soluciona los menús con las recetas más sencillas pero sabrosas que encuentres, recuerda que entre semana la clave está en ahorrar tiempo. Ya en el fin de semana podrás planear una comida más elaborada y para el disfrute de ambos.
•Lleva el control de tu lista de compras del super mediante una lista que tengas siempre pegada al refrigerador o alacena.
•No vayas al super diario, ni tampoco en días fijos, déjalo para cuando tengas suficientes artículos anotados en tu lista. Tampoco te acostumbres a ir al mismo super todas las veces. Lo práctico es entrar en el que te quede de paso mientras resuelves tus actividades y según donde te encuentres.
•Acostúmbrate a anotar todos tus pendientes, no los deje en la mente porque los olvidarás. Para ser una persona efectiva y resolver con éxito tus asuntos cada día, debes dejar despejada tu mente en todo momento para concentrarte en llevar a cabo lo que tengas entre manos y no estar pensando en las cosas que tienes pendientes de hacer.
•Ordena tu lista por prioridades y atiende siempre las 3 primeras. Cuando tengas más pendientes, continúa anotándolos en tu lista y cuando así lo requiera, vuelve a ordenarla por prioridades. Si siempre atiendes las 3 primeras tareas de tu lista de pendientes, te mantendrás al día e irás avanzando en el logro de tus metas.