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La naturaleza humana nos inclina a identificar fácilmente fallas y defectos en los demás y después comunicárselos a quien tengamos más cerca. Esta es una práctica inútil y perjudicial que tienes que abandonar - especialmente dentro del matrimonio. En el matrimonio, el marido y la mujer están en el mismo equipo, por lo tanto, la mujer nunca debe criticar a su marido – ni de frente ni a sus espaldas.
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Las palabras negativas invitan más negatividad
Tal vez, tuvieron una disputa recientemente o hay algunos rasgos de la personalidad de tu esposo y/o hábitos que te molestan. En este momento te sientes tentada a llamar a tu mejor amiga o a algún miembro de tu familia para "descargarte". De repente te das cuenta que no solo encontraste una, sino muchas razones más por las que te puedes quejar de tu cónyuge. Y eso no es todo, si no que ahora tu confidente también está agregando más adjetivos negativos sobre tu esposo a la lista. A medida de que hablas mal de alguien, la negatividad crece rápidamente, es como echarle gasolina al fuego. En última instancia, se crea un mayor resentimiento hacia tu marido, y los resultados pueden ser desastrosos.
- En lugar de hablar de los aspectos negativos habla de los positivos, o si no tienes nada que decir, no hables de tu esposo.
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Trata de pensar en las cosas que más te gustan de tu pareja y enfócate en ello. Si hay algo que tu esposo hizo que realmente te molesta, en lugar de discutirlo con alguien más, intenta escribirlo y tirarlo a la basura. A nadie le gusta ser criticado o que sus errores sean exagerados. Siempre podrás encontrar algún aspecto positivo de tu marido si lo piensas bien, por alguna razón te casaste con él. Si practicas esto en tu vida matrimonial, te sorprenderás al ver cómo cambia tu relación para bien por hacer un esfuerzo de usar palabras y una actitud edificante en lugar de ser negativa y dedicarte a criticar a tu pareja.
- Si usas palabras negativas para comunicarte con tu pareja de frente y a sus espaldas, puedes causar mucho daño
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Es un proceso doloroso el de aprender, crecer y tratar de cambiar y mejorar. Es aún más difícil cuando la persona más cercana a ti no te permite mejorar porque siempre te está recordando tus errores del pasado. Que tu mejor amigo y compañero se dedique a minimizar todos tus esfuerzos y a criticar tus defectos es contraproducente. Cuando solo te centras en todas las cosas que tu esposo suele hacer mal, puedes hacerle un daño permanente tanto mental, emocional como físico.
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Trata de alagarlo frecuentemente
La mayoría de los esposos hacen su mayor esfuerzo por ser los mejores. Felicítalo por las cosas que hace. Dale las gracias por trabajar para mantener a la familia. Hazle saber que él es un gran padre. Dile que lo aprecias. Recuérdale a menudo cuanto amor tienes por él. Asegúrate de que sepa que piensas que es un gran esposo. Siempre hay algo maravilloso sobre tu pareja que puedes apreciar. Si se te dificulta al principio, empieza poco a poco con pequeñas atenciones. Nota algo en el hogar que haya hecho bien y dale un cumplido al respecto -al igual que la negatividad puede crecer rápidamente, también las palabras positivas pueden hacerlo.
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Un matrimonio requiere trabajo en equipo y estar siempre del mismo lado
Si estás constantemente peleando, insultando y perdiendo el tiempo en otros actos negativos en contra de tu esposo, probablemente tu matrimonio será muy infeliz y seguramente terminará en más dolor. En un equipo deportivo, si los integrantes del equipo están constantemente dándose codazos, patadas y hablando al mismo tiempo, el equipo no puede que no llegue muy lejos. Del mismo modo, al cultivar la negatividad y al no trabajar juntos, tú y tu esposo terminarán siendo enemigos. Al centrarte en las malas cualidades, en definitiva, estás dañando tu relación y tu matrimonio.
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Trabajen juntos
La comunicación buena y efectiva, la unión con la familia y la edificación de parte de los dos, son elementos necesarios para un matrimonio saludable. Tu actitud hacia tu marido puede hacer toda la diferencia. El centrarte en sus buenas cualidades puede cambiar el curso de las cosas. Cuando surgen los problemas, el colaborar para encontrar soluciones es mucho más fácil cuando le hablas a tu esposo con respeto y con amor.
La bondad, el amor y el respeto en el matrimonio, pueden llegar muy lejos y ayudar infinitamente en la mejora de la conducta cuando menguamos la negatividad y aprendemos a ser un equipo. Evita criticar y minimizar a tu marido. Aprende a reconocer todas las maravillosas cualidades que tiene, las que te hicieron enamorarte de él y enfócate en ellas. Tu matrimonio y la calidad de tu relación dependen de ello.
