Bueno, pues ya todos sabemos que en la etapa inicial del matrimonio, despues de regresar de una hermosa luna de miel donde todo es "miel" sobre hojuelas, viene una etapa de adaptacion muy diferente a la del noviazgo...el famoso NOVICIADO.
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Esta etapa no debe definirse como buena ni mala, sino como adaptiva, de aprendizaje, de equipo. Pero mucha gente la relaciona con un periodo en el que la pareja pasa por mil disgustos, se hechan en cara mil y un defectos y dejas de ser la princesa y él el principe en tu cuento de hadas. Bueno, al menos mucha gente entre mis familiares, amigos y conocidos así lo ven y no dejan de preguntar "Como van??" esperando que les de una mala historia.
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Esto en particular me puso a reflexionar mucho. Mi esposo y yo tenemos una larga relacion de noviazgo, no cohabitabamos sino hasta despues de la boda que nos mudamos a nuestro propio hogar. Solo nosotros y nuestros 2 perrhijos. De ahora en adelante hablare por mi solamente. Aunque amo a mi esposo si les puedo decir que hemos tenido (y de seguro tendremos en un futuro) fuertes desacuerdos. Incluso un día nos molestamos tanto que literalmente pasamos toda la noche uno a cada orilla de la cama y dandonos la espalda, no descanse nada esa noche y a la mañana siguiente mientras me duchaba y alistaba para ir a la oficina recorde todas las "malas vibras" que nos habian comentado...."es bien diferente, ya veras", "A ver si lo ves tan bonito despues", "Disfrutalo ahora porque despues no sera así de lindo", "A ver cuanto les dura el gusto".
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Cuando todas esas frases vinieron a mi cabeza cai en cuenta de algo muy importante, me estaba convirtiendo en lo que dije que no haria. La pelea fue por un desacuerdo pero si nos ponemos a pensar, en casi todo se puede llegar a un punto medio si se trata de dialogar y con mayor razon si es con la persona que se ama. Antes de irme le di un beso a mi esposo y le dije "Lo siento, no quiero que estemos así. Podemos hablarlo en la tarde y ver que podemos hacer? Quiero estar bien contigo" Fue la santa solucion, por la tarde lo hablamos, dimos nuestros puntos cada quien y llegamos a un punto medio que nos permitio seguir en paz con nustras vidas.
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Por poco caigo dentro de la maldicion de pensar solo en mi y no en esa idea de sacrificio por el bienestar del ser amado. Cuando se ama a alguien, puedes ceder y ni siquiera lo notas, no pesa, no duele, no molesta y lo mas bello surge cuando ves que tu amado hace lo mismo por tí.
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Así es que ahora somos esposos pero hemos decidido amarnos cada día como novios.